Los compresores de alta presión son una excelente herramienta para la industria de alimentos y bebidas, productos farmacéuticos y hospitalarios, energética: petróleo, gas, minería, fibra de carbono, cámara presurizada hidráulica y para la creciente demanda en soplado de PET, entre otras.
Son equipos muy efectivos para el trabajo duro, con una potente presión de descarga de hasta 30 bar (435 psi).